Si hay un lugar en el centro de Madrid donde se puede disfrutar de la Naturaleza ese es el Real Jardín Botánico de Madrid. Un remanso de calma y color donde los niños pueden descubrir el reino vegetal y disfrutar de los colores de las flores en familia. Ojo, siempre debemos recordar que se trata de un museo vivo y por lo tanto se debe respetar el entorno.
Como ya hemos dicho en muchas ocasiones, a nosotros nos encantan las plantas y la peque de la casa disfruta de lo lindo entre árboles y flores así que el Real Jardín Botánico es una visita obligada (allí que vamos al menos una vez al año, bien en primavera o en otoño).
INFORMACIÓN GENERAL del RJBM
El Real Jardín Botánico de Madrid está ubicado en pleno Paseo del Prado, junto al Museo Nacional del Prado, por lo que aparcar por la zona puede ser bastante complicado. Por ello recomendamos utilizar el transporte público más aún porque la Estación de Atocha está al ladito. Si vais en coche, siempre podréis dejarlo en algún parking cercano.
La entrada para la visita libre es muy económica pues la tarifa general es de 4€ y los menores de 10 años tienen entrada gratuita. Dado que se organizan visitas guiadas y actividades para niños y todos los públicos os dejamos el enlace a la sección de educación de la web para que podáis consultar toda la información sobre tarifas, horarios y programación.
DESCUBRIENDO EL REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID
Descubrir el Botánico de Madrid significa adentrarse en sus senderos y explorar entre las plantas que alberga en su interior y que están distribuidas en 4 terrazas perpendiculares al Paseo del Prado.
Aunque tiene una extensión de 8 hectareas, la visita con niños suele durar unas 2 horas pero por supuesto varía en función del interés que muestren. Este tiempo es suficiente para pasear por los senderos del jardín, leer letreros de las plantas y contemplar las estatuas que salpican el recorrido.
Os contamos un poquito más sobre qué encontramos en este jardín botánico y lo describimos desde la parte más cercana al Paseo del Prado hacia la calle Alfonso XII.
La terraza de los cuadros
En esta terraza nos encontramos las plantas ornamentales, aromáticas, medicinales de huerta y frutales distribuidas en cuadrículas entre las cuales se puede circular gracias a caminos de tierra.
Esta terraza es la que más nos gusta, quizá por ser la primera y que nos coge con ganas de explorar o quizá porque son las plantas que más conocemos y que nos permiten poner a prueba nuestro conocimiento y experimentar. Por ejemplo, podemos oler la lavanda y el romero así como identificar si cuál es la lechuga y la calabaza.
La terraza de las Escuelas Botánicas
Esta terraza, también con una disposición en cuadrículas, se encuentra junto a la terraza de los Cuadros y hace un recorrido por las distintas familias vegetales desde los más sencillos a los más complejos. Una que es bióloga, disfruta mucho recordando las características de cada familia.
La terraza del plano de la flor
Esta terraza tiene una distribución de árboles y arbustos muy bonita y romática, pero que para los niños más pequeños es más dificil recorrer (los caminos no son tan amplios).
En esta terraza podemos ver la pequeña lámina de agua que tanto atrae a los niños, el Estanque de Linneo y tras éste, el Pabellon Villanueva, lugar en el que se pueden contemplar exposiciones itinerantes.
Continuando en esta terraza pero hacia el lado de la entrada al Jardín Botánico se encuentran los invernaderos, el de Graells y el de Exhibición donde se recrean los hábitats de las plantas que están en su interior. Así encontramos por ejemplo plantas tropicales y cactus que enseñan cómo estas familias se han adaptado a unas condiciones climáticas específicas (sequía, temperatura, humedad, etc.)
la Terraza de los bonsáis
La última y más elevada de las terrazas contiene la colección de árboles en miniatura que donó al Real Jardín Botánico el expresidente de España D. Felipe González. Subir a esta terraza merece la pena no sólo por ver los mini-árboles sino pero contemplar las vistas al RJBM, eso sí recomendamos hacerlo por la rampa del Paseo de los Olivos para evitar las escaleras con los niños.
Visitar el Real Jardín Botánico de Madrid además de ser una actividad de ocio, se trata de una actividad educativa ya que los niños pueden aprender características de las plantas y curiosidades del mundo vegetal. Para hacer más atractiva la visita, la página web proporciona descargables como trípticos con los itinerarios autoguiados, cuadernillos didácticos y aplicaciones para móviles con las que jugar a identificar las plantas, olerlas, ver sus frutos, y la forma de sus hojas, etc. Además, dado que el RJBM cuenta con un recorrido por los árboles singulares que habitan en él , podéis aprovechar para llevaros vuestro identificador de árboles y arbustos y poner en práctica vuestros conocimientos en botánica.