TEATRO COMO RECURSO EDUCATIVO

El teatro es uno de los planes con niños que más se está extendiendo como actividad de ocio en familia. De hecho, la oferta de espectáculos teatrales es muy extensa, sobre todo en las grandes ciudades, desde las pequeñas obras intimistas para bebés como las grandes representaciones musicales de películas.

Sin embargo, el teatro es más que una actividad de entretenimiento llegando incluso a ser un recurso didáctico que se ha incorporado dentro de los currículos educativos de los colegios y centros de enseñanza. En ocasiones, el lenguaje, los escenarios, los guiones y demás aspectos de las obras están adaptados a las necesidades del alumnado transmitiendo sentimientos, valores  y mostrando determinadas situaciones que se estudian en las aulas.

Los beneficios del teatro en los niños son distintos dependiendo de cómo los niños entran en contacto con la obra, bien como espectadores y receptores del mensaje de forma pasiva o bien como actores interpretando ellos mismos la historia.

Pequeños espectadores

Muchos padres no llevan a sus niños al teatro por miedo a que no les interese la obra y no aguanten sentados. Sin embargo, eligiendo una obra dirigida a su edad y con una duración adecuada, el teatro es una fuente excepcional de aprendizaje y entretenimiento incluso para bebés.

  • Estimula los sentidos a través del movimiento, las luces y el sonido
  • Transmite moralejas o enseñanzas a través de las historias. Desde fuera los niños son capaces de interpretar el mensaje y convertirlo en experiencia propia.
  • Permite que los niños se pongan en el papel de otros y aprendan sentimientos y emociones.
  • Fomenta la capacidad de concentración y comprensión del mensaje a través del diálogo de los personajes.
  • Permite aprender nuevo vocabulario gracias a los diálogos e interacción de los actores. Incluso pueden aprender idiomas.

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Para las primeras visitas al teatro es importante explicar a los niños cómo es un teatro, qué va a ocurrir y qué obra van a ver. Asimismo, hay que respetar las emociones de los niños y si durante la representación hay algún aspecto que no le guste, intentad explicárselo y en caso necesario, es mejor salir de la sala y esperar a la próxima ocasión. Nunca forzar al niño a hacer algo que no le gusta.

Pequeños actores

Hacer teatro es una manera más de jugar, de divertirse y también de aprender.

El teatro es definido como  “un arte que combina discurso, movimiento, música, sonidos, gestos y escenografía para presentar de forma visible la imaginación, representar historias, mostrar conflictos o compartir ideas, emociones y sentimiento”.

A través de esta definición podemos hacernos una idea de los múltiples beneficios del arte escénico sin necesidad de que el niño sea un artista nato:

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  • A través de la repetición de textos se desarrolla y refuerza la expresión verbal, la memoria así como la concentración y la atención
  • Desarrolla la creatividad y la imaginación con la creación de las historias y los personajes.
  • Favorece la expresión de sentimientos, el aprendizaje de las emociones y su control. Asimismo desarrolla la empatía al ponerse en la piel de los personajes.
  • Ayuda a que le niño pierda el miedo escénico y aprenda a desenvolverse frente al público.
  • Fomenta la socialización gracias a la interacción de los niños con sus compañeros y profesores.

Yo soy la princesa y tú la bruja, ¿vale?”, los niños teatralizan con sus juegos desde muy pequeños. Sin embargo, distintas fuentes recomiendan que los niños empiecen a acudir a clases de teatro a partir de los 5 años.

Independientemente de la edad a la que comiencen sobre las tablas, es importante que el grupo tenga aproximadamente los mismos años. Juntar edades muy dispares no permitiría un correcto aprendizaje ni entretenimiento ya que los intereses y necesidades es muy diferente.

 

 

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